Introducción al Perú Republicano

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Cuando San Martín regreso de Guayaquil, después de fracasadas las entrevistas que había realizado con Simón Bolívar buscando su ayuda para acabar con la presencia en América de los Españoles, en el Perú se dio cuenta que el país que había liberado clamaba independencia en su gobierno, por consiguiente convocó e instaló el Primer Congreso Constituyente del Perú, ante el cual presentó su renuncia. Este Congreso que aceptó la irrevocable renuncia y retiro de San Martín del Perú, habría de durar casi tres años (setiembre 1822 - marzo 1825), la principal misión para que fue convocado, era dar la primera Constitución que regiría la vida de la naciente República de los peruanos.

La elección de los diputados al primer Congreso Constituyente fue una elección muy elitista, la elección de los miembros no fue como se rige el sistema actual, quizás por ser la primera vez, por la inexperiencia en estos acontecimientos o por la premura en conformarlo, lo cierto es que solo pudieron participar en la elección de sus miembros una fracción de los pobladores del Perú, un claro ejemplo es que los representantes de las provincias que eran españoles, y para reemplazarlos eligieron entre los residentes de Lima, quienes no conocían la realidad de los lugares a los cuales representaban y nada tenia que ver con esas provincias.

La misión y objetivos para que fue creado este Primer Congreso Constituyente, no fue cumplido, principalmente porque no supo definir sus facultades, funciones ni obligaciones, en los actos y reuniones que se realizaron se trataron todo tipo de asuntos pero ninguno encaminado a solucionar la problemática, social, política, económica y militar del nuevo país independiente. El Primer Presidente de la República del Perú, don José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, dio inicio a sus labores con el apoyo de la clase aristocrática, la cual estaba en pugna con la liberal, quien desde los primeros momentos de su gobierno desplegó una intensa actividad principalmente en organizar la guerra para acabar con la presencia de los españoles en territorio peruano.

Después del recibimiento Simón Bolívar sabía que para realizar su campaña en territorio peruano, tenía que tener el control y poder absoluto sobre el país, para ese efecto el Congreso el 10 de setiembre de 1823, decretaba el nombramiento de Suprema Autoridad Militar en toda la República del general Simón Bolívar, seguía siendo el marqués de Torre Tagle presidente pero debía ponerse de acuerdo en todo con el Libertador. Con el dominio sobre Lima, para Bolívar el único impedimento para asumir el poder absoluto sobre todo el Perú, era Riva Agüero y sus partidarios que dominaban toda la región de Trujillo y Huaraz y quien contaba con una fuerza de más de 3,000 hombres.

Inicio de la República

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Primer Congreso - La Junta de Gobierno

Cuando San Martín regreso de Guayaquil, después de fracasadas las entrevistas que había realizado con Simón Bolívar buscando su ayuda para acabar con la presencia en América de los Españoles, en el Perú se dio cuenta que el país que había liberado clamaba independencia en su gobierno, por consiguiente convocó e instaló el Primer Congreso Constituyente del Perú, ante el cual presentó su renuncia. Este Congreso que aceptó la irrevocable renuncia y retiro de San Martín del Perú, habría de durar casi tres años (setiembre 1822 - marzo 1825), la principal misión para que fue convocado, era dar la primera Constitución que regiría la vida de la naciente República de los peruanos. La elección de los diputados al primer Congreso Constituyente fue una elección muy elitista, la elección de los miembros no fue como se rige el sistema actual, quizás por ser la primera vez, por la inexperiencia en estos acontecimientos o por la premura en conformarlo, lo cierto es que solo pudieron participar en la elección de sus miembros una fracción de los pobladores del Perú, un claro ejemplo es que los representantes de las provincias que eran españoles, y para reemplazarlos eligieron entre los residentes de Lima, quienes no conocían la realidad de los lugares a los cuales representaban y nada tenia que ver con esas provincias.

El Primer Congreso Constituyente del Perú, no solo estaba compuesto por peruanos, también estaba integrada por miembros de otros países latinoamericanos, quienes habían tenido una importante y decisiva participación en la lucha por la independencia de este país, estaban pues del Perú (86 %); Quito, Cuenca y Guayaquil (5 %); Nueva Granada (3 %); Argentina (3%); Alto Perú (1 %); y Chile (1 %). Así mismo estaban conformadas por integrantes de las más diversas profesiones: Comerciantes, Mineros y propietarios (18%); Profesionales de servicios como Abogados, miembros de la iglesia, Médicos (76%) y de las Fuerzas Militares (6 %).

Este Primer Congreso fue de una marcada tendencia liberal, republicana y parlamentaria, y fue su primer presidente don Francisco Javier de Luna Pizarro secundado por Sánchez Carrión.

La misión y objetivos para que fue creado este Primer Congreso Constituyente, no fue cumplido, principalmente porque no supo definir sus facultades, funciones ni obligaciones, en los actos y reuniones que se realizaron se trataron todo tipo de asuntos pero ninguno encaminado a solucionar la problemática, social, política, económica y militar del nuevo país independiente. En las reuniones se trataban temas de los más diversos, como el homenaje a los guerrilleros y a los nativos de la selva; permisos para predicar; dispensa de práctica a un bachiller; quejas de los huérfanos; números de sirvientes que deberían tener los diputados; títulos y honores a las ciudades, pero ninguno sobre el Perú en conjunto, se presentaron iniciativas relacionadas con los nuevos métodos de enseñanza y la introducción de nuevos cultivos en el país pero se quedaron sin resolver. Sumado a este mal funcionamiento estaba que el nuevo estado carecía de fondos e ingresos, la proclamación de la Independencia y la caída de el orden que se encontraba establecido hasta ese momento había creado un caos generalizado, el público rechazaba el papel moneda, la moneda de cobre, nadie quería pagar impuestos, se desconocían las autoridades, etc.

Dentro de todo el caos existente, el Congreso realizó tres obras principales:

* El nombramiento de la Junta de Gobierno a cargo del ejecutivo.
* La redacción de las bases de la Constitución peruana.
* La primera expedición a intermedios.

El Congreso resolvió nombrar una Junta Gubernativa con miembros de su interior, para que cumpliera con las funciones del Poder Ejecutivo, y en vez de un solo Presidente estuviera formado por tres diputados, esta Junta estaba integrada por el general José de La Mar como presidente, el aristócrata Manuel Salazar y Baquíjano (cuarto Conde de Vista Florida) y el comerciante Felipe Antonio Alvarado. La Junta Gobernó hasta el 27 de febrero de 1823, durante el cual sus funciones fueron un desastre, principalmente por no existir unidad en el mando, y porque todo lo que pretendían realizar tenía que ser consultado con el Congreso que mayormente era negada toda acción.

El Congreso a fines de 1822 elaboró las bases de la Nueva Constitución las cuales tuvieron un abierto carácter liberal y republicano, en las mismas se excluía toda posibilidad de que el Perú se convirtiera en una monarquía, por lo tanto se habían retirado los poderes a los enviados por San Martín, para buscar un rey en Europa. Siguiendo el modelo de las ideas norteamericanas y francesas, el llamado poder nacional fue convertido en tres poderes, de los cuales el más poderoso y fuerte debía ser el Legislativo. El Congreso y la Junta de Gobierno, decidieron realizar acciones sobre los españoles que se encontraba en territorio peruano, para ese efecto decidieron realizar una expedición al sur, según el plan que fuera elaborado por San Martín y que se le conoce como la Expedición a Puertos Intermedios. Esta expedición con 3,000 hombres del Ejército Patriota, marcharon bajo las órdenes del general argentino Felipe Antonio Alvarado, hermano de un integrante de la Junta, las cuales terminaron en el más rotundo fracaso, sobre el particular Bolívar en observaciones sobre este Ejército dijo: El ejército que tiene Alvarado está muy mal compuesto, es aliado, de cuatro naciones independientes, donde cada ejército tiene una opinión diferente y ninguno tiene interés nacional.

El primer fracaso del Ejército Patriota, originó el Primer Golpe Militar en la Historia Republicana del Perú, el ejército del centro que se encontraba acantonado en Miraflores avanzó hasta Balconcillo, al sur de la capital y exigió al Congreso de la República el 26 de febrero de 1823, se nombrara Presidente de la República al coronel de las milicias don José de la Riva Aguero y Sánchez Boquete, pese a que en un principio el Congreso se negó, el 28 de febrero fue nombrado presidente, a quien a los pocos días el Congreso lo ascendió a Mariscal.

Presidencia de Riva Aguero

La campaña desastrosa en el sur del general Alvarado, levantó una ola de indignación contra la Junta de Gobierno, culpándola de todos los males en su administración. La Municipalidad y los oficiales de mayor jerarquía presentaron una petición al Congreso con fecha 26 de febrero de 1823, exigiendo el nombramiento de un Presidente de la República que recayera en la persona del coronel de las milicias, don José de la Riva Agüero. El petitorio estaba firmado por el general de Brigada Andrés de Santa Cruz, los coroneles Gamarra, Gutiérrez de la Fuente, etc., y como el día siguiente 27 no se había resuelto la petición, el ejército del centro se movió amenazante de su acantonamiento de Miraflores a Balconcillo. Ante este movimiento de tropas, el Congreso encargó la Presidencia Provisoria de la República al Mariscal José Bernardo Torre Tagle, por ser el militar de Mayor graduación, y convocando a una sesión la cual en la tarde del día 28, el coronel de Milicias José de La Riva Agüero salió elegido presidente de la república por 32 votos, habiendo jurado el cargo la misma tarde del día 28, y el 4 de marzo fue ascendido a gran Mariscal.

El Primer Presidente de la República del Perú, don José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, dio inicio a sus labores con el apoyo de la clase aristocrática, la cual estaba en pugna con la liberal, quien desde los primeros momentos de su gobierno desplegó una intensa actividad principalmente en organizar la guerra para acabar con la presencia de los españoles en territorio peruano, es así que en sesión secreta del congreso, con fecha 1 de marzo, es decir al segundo día de su gobierno dispuso:

Solicitar la venida del Libertador Simón Bolívar a territorio peruano, el mismo que el 6 y 9 de junio, comunicó aceptando su venida.

* El mejoramiento del Ejército peruano, con un adecuado adiestramiento militar y la fundación de una Academia Militar.
* La reorganización de la Marina, la cual estaría encomendada al marino inglés Jorge Guise, identificado con el Perú.
* Una adecuada política exterior, con el reconocimiento y llegada de diplomáticos de Chile y Estados Unidos.
* Solicitar un empréstito al gobierno inglés de un millón doscientas mil libras que gestionaron en Londres los comisionados de San Martín: Paroissien y García del Río.
* Iniciar la segunda Expedición a Intermedios, para combatir a los españoles.

La situación era muy crítica, en virtud al auxilio y ayuda pedido a Simón Bolívar, llegaría al Perú en mayo de 1823 un ejército colombiano bajo el mando de Sucre, por lo cual el Perú estaba obligado a pagar los sueldos de oficiales y soldados; a proporcionarles equipo, armamento y mantenimiento; a pagar los gastos de regreso cuando finalizara la campaña contra los españoles; a remplazar las bajas colombianas con soldados peruanos, etc.

En los breve cuatro meses que duró el gobierno realizó una actividad asombrosa, tomando como base el ejército que fuera derrotado por los españoles en Torata y Moquegua, formó otro en Lima que en un total de 5,095 hombres al mando del general Santa Cruz secundado por Gamarra se embarcaron hacia el sur en junio de 1823. Esta Segunda Expedición a Intermedios desembarcó en Iquique, Arica y Pacocha, iniciando su ofensiva sobre el Alto Perú, tuvo un éxito inicial ocupando las ciudades de la Paz y Oruro, enfrentándose a los españoles comandados por el general Valdés en la batalla de Zepita, el 25 de agosto, a orillas del Lago Titicaca, en la cual no se produjeron ningún resultado favorable para ningún bando. Los generales Santa Cruz y Gamarra decidieron retirarse hacia la costa, en lo que se calificó en el más grave error estratégico de lucha, las tropas se retiraron en desbande, desorganizadamente lo que originó que de los cinco mil soldados sólo se embarcaron 756 en Moquegua.

A esta increíble derrota, mientras el mayor número de efectivos del ejército patriota se encontraba en el Sur, el general realista Canterac aprovechó la situación para avanzar con sus tropas que se encontraban acantonadas en Huancayo y Jauja, bajando a la costa y dirigirse a la capital, este movimiento realista vino a producir una grave crisis en el gobierno de Riva Agüero, quien decidió defender la capital, pero una junta de guerra opinó por el traslado del gobierno, el parlamento y los tribunales a los castillos del Callao.

Encontrándose abandonada la capital sin resguardo alguno, el 18 de junio fue ocupado por el ejército realista, permaneciendo hasta el 16 de julio en que nuevamente se retiraron a la sierra. El presidente Riva Agüero, Sucre y el Congreso encontrándose en el interior de los castillos del Callao, se enfrascaron en un enfrentamiento continuo, por momentos tratando de mantener la calma y reorganizarse necesitaban mantener comunicación con otros patriotas en Lima, pese a estar sitiados, ocurrió un patriótico acto de heroicidad realizado por el pescador chorrillano José Silverio Olaya Balandra, quien servía de emisario secreto entre el gobierno en el Callao y los patriotas en Lima, lamentablemente en uno de los viajes fue descubierto y apresado, siendo sometido a crueles tormentos y condenado a muerte por haber mantenido el secreto de su misión y no haber delatado el nombre de los patriotas en Lima. La ejecución se realizó en la mañana del 29 de junio de 1823, en la plaza de Armas de Lima, el mismo día que su balneario de Chorrillos celebraba a su patrón, San Pedro.

En el Callao, el Congreso de la República amparado en Sucre, depuso de su mandato presidencial a Riva Agüero, nombrando al general venezolano como Jefe Militar y dio el mando Supremo a Torre Tagle, consumando uno de los actos de divisionismo más grande de la historia.

Riva Agüero despojado de su mando y con la orden de ser exiliado emitida por el Congreso, se embarcó con sus ministros y parte de los diputados, en el puerto del Callao con rumbo a Trujillo, en donde se estableció dictó un decreto disolviendo el Congreso y creó un Senado con 10 miembros.

Los realistas abandonaron la capital, y los patriotas que se encontraban en el Callao regresaron a Lima, Torre Tagle encargado del mando reunió a los diputados y restableció el funcionamiento del Congreso el 6 de agosto de 1823, el mismo Congreso, eligió a Torre Tagle Presidente de la República, mientras Sucre acudía con el poco ejército que contaba al sur en apoyo a la expedición de Santa Cruz, mientras el Libertador Simón Bolívar venía al Perú, que tenía dos Presidentes y dos Congresos, uno en Lima y otro en Trujillo.

Dictadura del Libertador Simón Bolivar

De conformidad a la invitación transmitida por el Congreso de la República del Perú, a instancias del Presidente Riva Agüero, los diputados Joaquín Olmedo "El Vate de Junín" y Faustino Sánchez Carrión "El Solitario de Sayán" fueron los emisarios especiales enviados a Guayaquil, para solicitar la venida del Libertador Simón Bolívar, cuya partida le fue concedida por el Congreso de Colombia, dejando el mando al Vicepresidente de ese país general Francisco de Paula Santander, emprendiendo viaje al Perú. El 1 de setiembre de 1823 a bordo del bergantín Chimborazo, arribaba al Callao don Simón Bolívar, quien a pesar del caos político y militar en que se encontraba sumida la capital, fue recibido con los honores que su alto cargo, siendo recibido por el presidente Torre Tagle, principales funcionarios y una salva de artillería.

Después del recibimiento Simón Bolívar sabía que para realizar su campaña en territorio peruano, tenía que tener el control y poder absoluto sobre el país, para ese efecto el Congreso el 10 de setiembre de 1823, decretaba el nombramiento de Suprema Autoridad Militar en toda la República del general Simón Bolívar, seguía siendo el marqués de Torre Tagle presidente pero debía ponerse de acuerdo en todo con el Libertador. Con el dominio sobre Lima, para Bolívar el único impedimento para asumir el poder absoluto sobre todo el Perú, era Riva Agüero y sus partidarios que dominaban toda la región de Trujillo y Huaraz y quien contaba con una fuerza de más de 3,000 hombres.

Bolívar solicitó autorización al Congreso para sostener entrevistas con Riva Agüero, con la autorización respectiva éstas se realizaron en Huaraz primero, y en Pativilca después, entre delegados de ambos caudillos, las cuales terminaron en fracaso pues no pudieron ponerse de acuerdo. Mientras se desarrollaban las conferencias entre Bolívar y Riva Agüero, al mismo tiempo en forma secreta Riva Agüero negociaba con el Virrey La Serna para pactar un armisticio, ofreciendo entre otras cosas lo siguiente:

* El Armisticio entre peruanos y españoles.
* El despido de las tropas auxiliares colombianas.
* La estrecha colaboración entre peruanos y españoles en contra de los colombianos, si estos se negaran a abandonar el territorio.
* Realizar las gestiones para que el Perú fuese gobernado por un príncipe español.
* La constitución de una Regencia en el Perú, bajo el mando de la Serna y la cooperación de Riva Agüero.

Por estas negociaciones Riva Aguero ha sido acusado de traición, pero la historia no lo demuestra como tal, porque Riva Aguero entró en negociaciones con el Virrey como anteriormente lo había hecho San Martín y como después lo haría el mismo Simón Bolívar, sin renunciar a la Independencia del Perú.

Ante esta situación, Bolívar decidió iniciar una campaña militar contra Riva Agüero, marchando a mediados de noviembre y dirigiéndose al norte, es cuando estando próxima a estallar la guerra civil, esta no se realizó debido a que en la madrugada del 25 de noviembre el coronel Antonio Gutiérrez de la Fuente tomó prisionero a Riva Agüero en Trujillo, y a sus principales partidarios, salvando de ser fusilado, embarcarse para Guayaquil en exilio y de ahí a Europa.

De regreso de la campaña contra Riva Agüero, Bolívar se vio obligado en los primeros días de enero de 1824 a detenerse en Pativilca, por motivos que fue atacado de una grave enfermedad y que quebrantó su salud, pese a la situación Bolívar estableció su Cuartel General en Pativilca y se dedico a preparar la campaña contra los españoles. Como un acto en su estrategia y ganar tiempo, insinuó a Torre Tagle la necesidad de entrar en negociaciones con los realistas para pactar un armisticio. El Congreso aprobó estas negociaciones y fue enviado al campamento del general español Canterac, en Jauja, el Ministro de Guerra general José Félix de Berindoaga, pero el general español no aceptó las negociaciones, pero así como Riva Agüero, Torre Tagle estaba desde hacía algún tiempo realizando negociaciones secretas con los españoles para terminar la guerra sobre la base de que Bolívar saliera del Perú. Estas negociaciones fueron descubiertas y Bolívar culpó de ellas tanto a Torre Tagle como a Berindoaga, quienes se refugiaron en el Castillo del Callao donde murió Tagle y Berindoaga más tarde sería fusilado en Ayacucho por órdenes de Bolívar.

A principios de febrero de 1824 la critica situación por la que atravesaba el país se complicó aún mas, cuando el 5 de febrero ocurrió la sublevación de una parte de las tropas en las fortalezas del Real Felipe en el Callao, apoderandose los españoles de ese importante lugar al solicitar los sublevados la protección de los jefes realistas que se encontraban presos en la fortaleza, estos comunicaron la noticia al General Canterac, quien envió a los generales Juan Antonio Monet y José Ramón Rodil quienes tomaron con un ejécrito la mejor plaza fuerte en el Pacífico a poder de España, e ingresando a Lima en febrero de 1824. Ante la gravedad de la situación Bolívar ordenó evacuar la capital, replegar las tropas hacía Pativilca, y sacar de Lima todo lo que pudiera ser útil, aún por la fuerza. En esta delicada situación, el Congreso el 10 de febrero de 1824 dictó un trascendental decreto entregando a Bolívar la plenitud de los poderes del estado para que hiciera frente a la situación, por tal mandato Bolívar era envestido como Dictador del Perú.

Con el título de Dictador del Perú, Bolívar emprendió desde Pativilca la preparación de la última campaña contra los españoles, dispuso el reclutamiento de toda persona con capacidad para luchar, dispuso la reorganización de las guerrillas o montoneras en la costa y en la sierra y estableció una férrea y sangrienta disciplina entre la tropa manteniendo en todo su vigor la pena de muerte; ordenó la apropiación de todo lo que de valor hubiese en el territorio que ocupaba, e incluso dispuso que las iglesias debía de entregar las joyas y alhajas a excepción de un cáliz y la custodia suficientes para decir misa; llegaron de Colombia los refuerzos a órdenes de los generales Lara y Córdoba quienes se unieron al ejército nacional, cuando se restablecía de su salud se asentó en Trujillo en donde estableció su cuartel general y sede de su gobierno. Desde esta ciudad dirigió el acantonamiento de las tropas entre Cajamarca y Huaraz y procedió a reparar las armas existentes y a fundir herrajes para los caballos, mientras otros llegaban de Colombia consiguió abundancia de vestuario por la requisa de telas y por la contribución en trabajo impuesto a los habitantes de Trujillo. Su notable dinamismo y los completos conocimientos que tenía en estos menesteres, hacía que el mismo dirigiera hasta los menores detalles; así en una ocasión llegó a diseñar los moldes de las casacas de los soldados para ahorrar tela. Sucre por su parte se dedicaba a recorrer el terreno en la sierra y con la protección y ayuda de los montoneros, levantó croquis y planos para la futura campaña que tendría que realizarse en esos lugares; se perfeccionó el servicio del espionaje; se preparaban los campos y el forraje para los caballos, y se establecieron depósito de víveres a lo largo del camino que el ejército se proponía seguir. Las tropas eran sometidas a un buen entrenamiento en la Sierra para aclimatarse convenientemente a esa vida en alturas de 2,500 a 4,000 m. Entre Huaraz y Cajamarca se concentró el ejército, la división Peruana lo hacía a órdenes del Mariscal la Mar, mientras que los colombianos lo hacían a órdenes del general Sucre. El 11 de Abril dejó Bolívar Trujillo y atravesando la cordillera se dirigió a Huaraz, inspeccionando tropas y lugares inspeccionando el ejército que había podido conformar con 8,000 hombres a los cuales había disciplinado para la guerra pero que tenían que enfrentar a un ejército de 18,000 hombres del Virrey La Serna.

Batalla de Junin


Con la llegada al Perú del ejército Colombiano al mando de los generalesLara y Córdoba, Simón Bolívar establece su centro de operaciones en Trujillo, y designando como Ministro General a Faustino Sánchez Carrión, a quien correspode muchos de los méritos de haber formado el nuevo ejército peruano, es así que a mediados de 1824 se contaba con un ejército compuesto por toda persona apta para el combate, los cuales con mucho esfuerzo, disciplina, sacrificio del pueblo en general y hasta en muchos casos con mucha dureza, se uniformó y armó para hacer frente al ejército realista. Al término de los preparativos el ejército estaba compuesto por 8,500 hombres de los cuales el 40 % eran peruanos, con ellos Simón Bolívar inicia su marcha desde las sierras de Cajamarca y La Libertad hacia el sur, en la vanguardia (delante) y retaguardia (atrás) y los extremos de su ejército iban grupos de guerrillas, apoyados por un servicio de espionaje ejercido por patriotas en todo el territorio patrio le sirvió para conocer sobre el número del ejército español, sus desplasamientos y ubicación de sus campamentos. Bolívar contaba con un buen ejército de unos 8,500 hombres, pero resultaban insuficientes ante el número de las fuerzas españolas que sumaban cerca de 16,000 hombres que se encontraban distribuidos de la siguente manera:

* En Jauja y Huancayo, el general Canterac con 8,000 hombres
* En el Cusco, al mando del Virrey La Serna con 1,000 hombres
* En Puno y Arequipa, el general Valdez con 3,000 hombres
* En el Alto Perú, el general Olañeta con 4,000 hombres.

Sin embargo las cirunstancias serían favorables a Bolívar, un acontecimiento levantaría los ánimos de los patriotas y llegaría a equilibrar las fuerzas, y fue la sublevación del General Olañeta en el Alto Perú al frente de sus 4,000 hombres que desconocía la autoridad del Virrey La Serna, lo que obligó al virrey que estaba en el Cusco a enviar al general Valdés con sus tropas para combatirle.

Estos acontecimientos hicieron que Bolívar diera inicio rápidamente a la campaña militar, y decidió atacar a las tropas realistas que se encontraran mas próximas a su ubicación, las cuales eran el ejército comandado por el general Canterac ubicado entre Jauja y Huancayo. A principios de Junio dio órdenes de iniciar el avance por escalones hacía Huánuco y Cerro de Pasco, atravesando las cordilleras a alturas muy peligrosas, las cuales fueron soportadas por el buen trabajo de preparación de los meses anteriores, efectuándose la travesía con toda eficiencia. Entre el 31 de julio y el 1 de Agosto quedó concentrado el ejército en la región de Quillota, Rancas y Sacramento. El 2 de Agosto el libertador pasó revista a su ejército en el llano de Rancas, a 36 Km de Pasco, con los ánimos levantados su presentación fue brillante, el libertador una vez terminada la revista, se ubicó en un lugar desde donde dominaba a toda la tropa, y haciendo uso de su genial elocuencia, proclamó :

" ¡ SOLDADOS ! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud.

¡ SOLDADOS ! Los enemigos que vais a destruir se jactan de catorce años de triunfos; ellos, pues serán dignos de medir sus armas con las vuestras que han brillado en mil combates.

¡ SOLDADOS ! El Perú y la América toda aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal os contempla con encanto porque la libertad del nuevo mundo es la esperanza del universo, ¿ La burlareis ? ¡ No ! ¡ No ! ¡ Vosotros sois invencibles ! "

Cuando el general español Canterac fue informado del avance de Bolívar, decidió salirle al encuentro, y el 1 de agosto movilizó su ejército hacía Cerro de Pasco, en donde al llegar su caballería a este lugar, se encontró con que Bolívar marchaba hacia Jauja por el lado Oeste del lago Junín. Temeroso de que Bolívar le cortara su comunicación con su base de aprovisionamiento, ordenó inmediatamente la contramarcha, y el 5 de agosto Canterac se encontraba en Carhuamayo, en la parte oriental del lago, mientras Bolívar se encontraba más o menos a la misma altura en la parte occidental del mismo. En la mañana del viernes 6 de agosto de 1824 los dos adversarios se encaraban sobre la Pampa de Junín por las márgenes del Lago, Canterac con su caballería a retaguardia y Bolívar con su caballería a la vanguardia de su ejército. La ligereza de la infantería realista hizo que Canterac pasara por la Pampa de Junín dos horas antes que Bolívar apareciera con su ejército por la quebrada de Chacamarca.

A las dos de la tarde la caballería patriota compuesta por 900 efectivos avanzaba delante del ejército por tal motivo era el primer cuerpo que aparecía por la quebrada para desembocar en la Pampa. Bolívar, desde una lugar donde observaba el teatro de operaciones, se percató que su adversario estaba por escapársele y tomando sin vacilar la iniciativa, ordena al general Mariano Necochea jefe de la caballería patriota, lanzar sus escuadrones al llano y cargar a los escuadrones realistas, Canterac al ver la maniobra patriota, contando con una caballería superior que llegaba a 1,300 efectivos, ordenó contraatacar a los patriotas mientras su infantería proseguía su marcha, La caballería patriota lanzada al ataque, no pudo desplegar completamente los escuadrones por lo estrecho del terreno, mientras que la caballería realista, en mejor terreno, desplegaba completamente sus líneas y atacaba en mejores condiciones, a las cuatro de la tarde el encuentro desigual fue inevitable, el sonido de los sables, el relinchar de los caballos que no ahogaba el grito de furía y dolor de los hombres dominaba el campo, la lucha era sin cuartel, los escuadrones patriotas resistieron bravamente el ataque realista que imponían su superioridad numérica haciendo que las tropas patriotas empezaran a retroceder siendo perseguidos por los realistas, hasta que hizo su aparición el primer escuadrón del regimiento Húsares del Perú (formada por montoneros) al mando del comandante argentino Manuel Isidoro Suárez, que había llegado retrasado al campo de batalla porque en su trayecto encontró un pantano, éste jefe dispuso dejar pasar a los perseguidores y luego cargó por la espalda a los realistas por insinuación de su ayudante mayor, teniente José A. Rázuri, esta acción logró contener la persecución y desorientar a los realistas quienes confusos no atinaban a organizarse, esta acción permitió que los escuadrones patriotas se rehicieran y volvieran a la carga, esta vez el factor sorpresa e impetu de los guerreros hizo efecto luego de una prolongada lucha después de cuarenticinco minutos de combate con sable, sin que se disparara un solo tiro, y a una altura de 4,100 m.s.n.m. las tropas patriotas habían conseguido una importante y estrategica victoria, Bolívar que se había alejado del lugar de la batalla en busca de su infantería, pensando que su caballería había sido diezmada recibió de pronto el parte enviado por el general Miller, en que le anunciaba la espléndida victoria.

Es así, que el triunfo patriota conseguido en la batalla de Junín, fue decidido por los Húsares del Perú, hombres vueltos guerreros por la libertad de su patria, este cuerpo estaba compuesto por Montoneras, quienes desde ese momento fueron llamados Húsares de Junín.

Al final del combate, la bravura con la que combatieron los guerreros patriotas fue elocuente, los resultados fueron que el ejército realista sufrió alrededor de 254 bajas entre muertos y heridos, mientras que el ejército patriota 144 bajas. Esta derrota hizo que el general Canterac se retirara con sus tropas al Cusco en busca del Virrey La Serna, para reorganizarse y planear una contraofensiva realista.

Batalla de Ayacucho


Después de haber sufrido la pérdida de su caballería, cuerpo muy importante de un ejército de ese entonces, el general español Canterac fugó del teatro de operaciones en las Pampas de Junín, tomando la ruta del sur con dirección al Cusco con la finalidad de encontrarse con el Virrey la Serna, el ejército realista fue obligado a caminar 160 Kms. en tres días de marcha, mientras era seguido y hostigado por guerrilleros independentistas, entre ellos los coroneles Carreño, Otero, Terreros, Estomba, el comandante Peñaloza, el mayor Astete y otros.

El ejército libertador al mando de Bolívar emprendió la persecución del ejército realista con dirección a Tarma, siguiendo por Jauja, Huancayo, Huanta y Huamanga, el 24 alcanzó Chalhuanca, donde formó su cuartel general. A fines de octubre el Virrey la Serna decidió abrir campaña contra Sucre al frente de un ejército, quedando en el Alto Perú el ejército de Olañeta, atravesó el Apurímac por Acha y continuó hacia Huamanga, luego regresó hacia donde estaba Sucre y en una hábil maniobra realizada por Valdés, se inició desde ese momento una marcha paralela de ambos ejércitos.

En octubre de 1824, Bolívar se vio obligado a dejar el ejército patriota, al haber recibido noticias de la presencia de naves españolas en el Callao, ante la llegada de un ejército auxiliar colombiano y a un empréstito de tres millones de pesos para la causa y que podrían ser mal utilizados en Lima, después de haber hecho un minucioso reconocimiento de toda la zona hasta el Apurímac, en compañía de su Estado Mayor, dejando a Sucre al mando del Ejército Unido Libertador.

El 3 de diciembre se produjo un encuentro previo entre las fuerzas patriotas y realistas en la batalla de Corpahuaico, en las que los patriotas perdieron 200 hombres y una pieza de artillería, retrocediendo y tomando posición en la Pampa de Quinua en donde acamparon, mientras que los realistas tomaron posición en las faldas del cerro Condorcunca desde donde les cerraban la salida a Lima, esta situación hacía que el encuentro definitivo era inevitable. Esto ocurría el 8 de diciembre de 1824, a unos doce kilómetros de la ciudad que en ese entonces se llamaba Huamanga, en la pampa llamada Ayacucho donde sería el escenario de la batalla, esta era como una gran cancha que se prolonga de las faldas del Condorcunca, enmarcada por dos hondas quebradas, al final de la pampa esta el pueblo de Quinua. Antes de la batalla se autorizó un encuentro entre parientes y amigos de ambos bandos para despedirse, vale mencionar que en ambos ejércitos habían soldados americanos que luchaban por sus ideales, unos por la libertad y otros por la Corona.

Al amanecer del 9 de diciembre de 1824, ambos ejércitos se encontraban listos para iniciar la que sería la última batalla por la independencia de América española. Los ejércitos estaban dispuestos para el encuentro final, el general Sucre pasó revista a sus tropas, a los cuales arengó con las siguientes palabras inmortales en la historia del Perú:

" ¡Soldados! De los esfuerzos de hoy depende la suerte de la América del Sur. Otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia ".

El ejército unido Libertador al mando del general Sucre formaba de la siguiente manera:

* La división La Mar, a su izquierda, frente al ejército realista comandado por Valdés.
* La división Córdoba, a la derecha frente al ejército español comandado por Villalobos.
* La división Lara, al centro y un poco a retaguardia, junto a la caballería a órdenes de Miller.
* Su única artillería compuesta de un cañón de a cuatro, a la derecha.

El ejército realista comandado por el virrey la Serna dispuso las tropas de la siguiente manera: · La división Valdés, a la derecha del Condorcunca.

* La división Monet, al centro.
* La división Villalobos, a la izquierda.
* Su artillería de 14 cañones en sitios convenientes

Según los partes de la batalla, los realistas contaban con 9,310 hombres y el ejército unido libertador con 5,580.

A las diez de la mañana se rompen los fuegos, la batalla se inicia con un fuerte ataque de las tres divisiones realistas que hacen retroceder momentáneamente a las divisiones patriotas, el general español Valdés inició las acciones atacando a La Mar, cuyo batallón casi sucumbe sino es por la intervención de los montoneros al mando del coronel Marcelino Carreño quien muere en la acción, pero logran detener a Valdés. En la segunda fase el ejército realista comete el error de bajar desde las faldas del Condorcunca en lugar de esperar a las tropas patriotas, el general Córdoba y Lara al mando de la Infantería, y el general Miller al mando de la caballería quien al grito de:

!Adelante! !Armas a Discreción! !Paso de Vencedores!

Hacen retroceder a las fuerzas españolas, desorganizándose logrando llegar hasta la mitad del Condorcunca. por su parte la Mar, que había sufrido la parte más dura de la batalla conteniendo el furioso ataque de Valdés, mantiene en firme las filas patriotas, el ataque realista por el centro, dirigido por Monet, es también contenido y luego con el empleo de la caballería patriota es desorganizado. Cuando el reloj marcaba la 1 de la tarde del 9 de diciembre, la batalla terminó en la cima del Condorcunca, con una completa victoria del ejército Libertador, cayendo el virrey La Serna herido y tomado prisionero, habiendo perdido 1,400 hombres mientras los patriotas 300.

En la noche del mismo día se discutió la Capitulación de Ayacucho, la cual fue firmada dos días después en el campo de batalla, entre el general Canterac "Encargado del mando superior del Perú" por haber sido herido y prisionero el Virrey La Serna, y el general Sucre. La misma entre otros los siguientes puntos:

* El reconocimiento pleno de la Independencia del Perú.
* La obligación del ejército realista a deponer sus armas y entregar todas sus plazas en el territorio peruano.

* El respeto de parte de las tropas peruanas y la obligación de pagarles el viaje de regreso a España.
* El respeto por las propiedades españolas que se encontraban en territorio peruano.
* El reconocimiento por parte del gobierno peruano de las deudas contraidas por el gobierno español durante la administración del Perú. Además de esto en el punto 4 de la Capitulación se establecía que cualquier persona que estaba al servicio del régimen colonial mantendría la integridad de sus derechos y privilegios.

El Perú fue generoso con la madre patria, se redactaron cuatro ejemplares de la capitulación, dos para cada una de las partes. De acuerdo a lo dispuesto en la capitulación se entregaron las guarniciones de Arequipa, Cusco, Puno y otras, aceptando la Capitulación de Ayacucho, rindiéndose y reconociendo la autoridad independiente, a excepción de dos guarniciones: La de Olañeta en el Alto Perú y la de Rodil en la fortaleza del Callao.

En homenaje a la victoria obtenida en la pampa de Ayacucho, Bolívar dispuso (decreto del 15 de febrero de 1825) que el departamento entonces llamado Huamanga se denominara departamento de Ayacucho, y la ciudad de Huamanga, capital de ese departamento, se denominara Ciudad de Ayacucho.

Las fuerzas navales españolas que eran superiores a las patriotas, aceptaron la Capitulación, retirándose del Callao abandonando los mares del Perú, ni siquiera esperaron al Virrey La Serna, quien junto con otros oficiales españoles tuvieron que embarcarse para España en un navío francés.

La resistencia del general Olañeta en el Alto Perú, de desconocer la Capitulación de Ayacucho, hizo que sus tropas se sublevaran y lo mataran en Tumusla (abril de 1825), situación que permitió el ingreso de las tropas patriotas en el Alto Perú.

En la fortaleza del Real Felipe en el Callao, Rodil al mando de un ejército de 2,200 hombres y refugiados civiles entre ellos Torre Tagle y Berindoaga, desconoció la Capitulación situación que lo obligó a soportar un asedió permanente de las tropas patriotas quienes sitiaron la fortaleza y les cortaron toda comunicación, la cual duró más de un año hasta el 23 de enero de 1826. Durante ese tiempo llegaron a alimentarse de ratas, y sufrieron muchas enfermedades, al final cuando Rodil se rindió solo legaron a salir 400 hombres en estado agónico y desnutridos.

Consolidación de la Republica

La República del Perú, libre e independiente geográficamente se situó sobre los territorios del Virreinato del mismo nombre cuando se inició en América el movimiento revolucionario independentista en 1810, este territorio comprendía las intendencias de Trujillo, Lima, Tarma, Huancavelica, Huamanga, Arequipa, Cusco, Puno, los de la comandancia general de Maynas y el gobierno de Guayaquil.


Los nuevos estados Americanos y sus asesores técnicos decidieron fijar sus fronteras basándose en dos principios:

* El Principio de Uti-Posidettis, por el cual cada país debía mantener el territorio que poseía en 1810, fecha inicio de la guerra por la Independencia Americana.
* El Principio de Libre Determinación, según el cual, el principio anterior estaba limitado por la libre elección que podría ejercer cualquier pueblo de pertenecer al país que eligiera.

A pesar de existir un gran consenso en América de estos principios, en la práctica surgieron muchas dificultades, principalmente porque en 1810, las autoridades españolas no fueron precisas cuando se trato de fijar territorios y sus límites, las diferentes autoridades existente fijaban sus territorios e influencias distintamente como las del virreinato, eclesiásticas y los de la Audiencia, las cuales no siempre coincidían. Esta situación originó que la mayoría de los nuevos Estados sudamericanos, basaran sus límites y territorios en los que les eran más convenientes como en las Audiencias y no sobre los del Virreinato.

La República del Perú, al momento de su independencia estableció su territorio teniendo en cuenta los límites del Virreinato del Perú, a los límites de las Audiencias de Lima y Cusco basados en el principio de Uti Posidettis, siempre y cuando los pueblos que lo habitaban, hubieran expresado libremente (derecho a la libre determinación) su voluntad de pertenecer o constituir la nacionalidad Peruana. El Perú respetuoso de estos principios respetó la decisión del pueblo de Guayaquil, que bajo la presión de Bolívar se incorporó a la gran Colombia. Caso contrario fue el pueblo del Partido de Jaén de Bracamoros, perteneciente a la Audiencia de Quito, que al proclamar su independencia expresó su voluntad de integrarse al Perú.

Según el reglamento dado por San Martín en Huaura y luego por disposición de la constitución de 1823, el Perú adoptó su demarcación interior en departamentos, los cuales se establecieron en base de las Intendencias virreinales y fueron los siguientes: el Departamento de LA LIBERTAD, constituido a base de la intendencia de Trujillo y además con los territorios de la comandancia General de Mainas y la provincia de Jaén; el departamento de AYACUCHO, constituido a base de intendencias de Huamanga y Huancavelica; el departamento de JUNIN, constituido a base de la intendencia de Tarma, y los departamentos de LIMA, CUSCO, AREQUIPA y PUNO, establecidos a base de respectivas intendencias. La República del Perú constituida geográficamente, limitaba con los siguientes países:

a) Bolivia

Creado el nuevo Estado y por el Tratado de Chuquisaca, el Perú cedía Tarapacá y Tacna a cambio del pueblo de Copacabana del Lago Titicaca y de la provincia de Apolobamba, sin embargo este tratado fue desaprobado por el gobierno del Perú al mando del general Santa Cruz. Más adelante Bolivia cedió al Brasil una parte del territorio que disputaba con el Perú en la Amazonía, nuestro país elevó su protesta. El Perú no tenía límites con Chile.

b) Ecuador

Cuando el Perú declaró su independencia perdió Guayaquil, ya que este territorio aunque nos pertenecía eligieron ser parte de Nueva Granada, sin embargo Jaén juró su independencia por el Perú, integrandose a nuestro territorio. En un principio el Perú no tuvo problemas con el Ecuador, ya que este estado no existía hasta 1830, con su creación han sido varios los conflictos sostenidos con este país por cuestiones limítrofes.

c) Colombia

País que pretendía Maynas, Gran Colombia, (estado federal constituido por Bolívar y que en 1830 y 1831) se desintegraría formando las repúblicas de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador); pero por sucesivos tratados sostenidos, el Perú no aceptó sus pretensiones.

d)Brazil

Estado que fue creciendo a medida que sus colonos integraban nuevos territorios que en su mayoría estaban descuidados, los límites fijados en 1777 por el Tratado de San Idelfonso, no fue respetado por este país, y sus límites fueron creciendo, ante continuos errores de nuestra diplomacia, se cedieron territorios en el Amazonas que eran peruanos.

La costa del Perú se extendía desde Tumbes al río Loa; y por la selva hasta el río Caquetá o Yapurá, el río Yavari y el Madera. Con los acontecimientos ocurridos en Lima los días 26 y 27 de enero de 1827, terminó en el Perú la influencia extranjera (Bolivariana) y el poder pasó a manos de peruanos. Sin embargo el sistema republicano de gobierno generaría lucha entre los caudillos militares por su permanencia en el poder, y los políticos civiles se dividieron en grupos liberales y conservadores, apoyando a los caudillos militares triunfantes lo que daba fisonomía política a sus gobiernos. Por un lado los liberales querían la consagración de todas las libertades y derechos de un ciudadano y un poder ejecutivo controlado por el Congreso de la República, mientras que los conservadores aspiraban a un poder Ejecutivo fuerte y la limitación de los derechos ciudadanos.

Este período caracterizó por una inestabilidad política, pues la sucesión de los gobiernos militares por actos violentos sería frecuente, terminando en la etapa llamado anarquía militar que duró de 1842 a 1844, y que finalizó con el triunfo de Ramón Castilla, lo que significó el imperio de la ley y la constitución. De 1827 a 1844 gobernaron sucesivamente los caudillos militares José de La Mar, Agustín Gamarra, Francisco Vidal, Crisóstomo Torrico, Manuel Ignacio de Vivanco.

El Ecuador como estado independiente solo surge en 1830 como consecuencia de la disolución de la Gran Colombia. El Libertador Bolívar presionado por la campaña de oposición desatada contra su dictadura vitalicia, renunció el mando en 1830, retirándose a Santa Marta, Colombia falleciendo el 17 de diciembre del mismo año desilusionado de la obra que había realizado. El 6 de Mayo de ese año Venezuela se había separado de la gran Colombia formando un estado independiente. Pocos días después, el 13 de mayo, el Ecuador también se separó formando igualmente un estado independiente, siendo reconocido por el Perú en 1831. El resto de la gran Colombia formó otro estado independiente con el nombre de Nueva Granada (25 de Octubre de 1831). Este estado se denominó después Colombia y comprendió lo que es hoy la república de Panamá que se independizó de Colombia en 1903, bajo la protección de los Estados Unidos para la construcción del canal oceánico. En 1840, Ecuador inició una injusta reclamación al Perú de los territorios de Tumbes, Jaén y Mainas, de acuerdo al planteamiento hecho por Bolívar, enojoso y absurdo pleito que duró algo mas de un siglo.

Tratados Limitrofes

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Principios Juridicos

La República del Perú surgió a la vida independiente, teniendo como fundamento histórico los pueblos y territorios que en el momento de la independencia formaban el Virreinato del Perú. Dos principios jurídicos sirven de sustento a este hecho grandioso que se ha denominado la constitución inicial del Perú independiente: El Principio de Uti-Possidetis y el de Libre Determinación.


Los nuevos Estados americanos que nacieron a la independencia decidieron fijar las fronteras entre sus países basándose en dos principios:

* El principio del Uti-Posidetis. Según el cual cada país debía mantener el territorio que poseían en 1810, fecha en la que se iniciaron las guerras de la independencia.
* El principio de la Libre Determinación, el cual dictaba que el principio anterior de posesión, estaba limitado por la libre elección que cualquier pueblo podría hacer acerca del país al cual deseaba pertenecer. Si, por ejemplo, la provincia de Jaén (que pertenecía a Quito) prefería pertenecer al Perú, se debería respetar esta decisión.

Todo pueblo que rompe sus lazos con la antigua metrópoli dominadora o Estado dominador, tiene el libre derecho de expresar su opinión para constituir su nueva nacionalidad. Este derecho fue ejercido por el pueblo del Perú, como así lo ejercieron los demás pueblos americanos cuando consiguieron el triunfo de la guerra emancipadora. El ejercicio de estos derechos se fundamenta en dos principios jurídicos que han servido de norma para la constitución de los nuevos Estados americanos: EL DE LA LIBRE DETERMINACION DE LOS PUEBLOS o SOBERANIA DE LOS PUEBLOS EMANCIPADOS, para constituir su nacionalidad, y el del UTI POSSIDETIS para la delimitación de su territorio.

El derecho de la Libre Determinación de los pueblos lo ejerció el pueblo del Perú en el momento de liberarse de la dominación española y pasar del virreinato a la República, expresando libremente su determinación de construir una nueva nacionalidad que fue el PERU independiente. Así lo dicen las Actas de independencia de los pueblos de Ica, Tarma, Huánuco, Supe, Trujillo, Lambayeque, Piura, Tumbes, Moyabamba, Jaén, Lima, etc. En realidad, todos los pueblos que integraron el Virreinato del Perú expresaron su voluntad de construir la nación peruana, libre e independiente, con una sola excepción: el de Guayaquil, fue presionado por Bolívar, determinó constituir la Gran Colombia. Caso inverso fue el del pueblo de JAEN de BRACAMOROS que había integrado en los días de la colonia la Audiencia de Quito, en el actual departamento de Cajamarca, hasta que el 4 de junio de 1821, solemnemente pidió formar parte del Perú en todos los aspectos de su vida republicana.

El derecho de posesión del territorio de las nuevas naciones se fundamenta en el principio del Uti Possidetis. Es la aplicación a la realidad americana de un principio del Derecho Romano en virtud del cual se acordaba por el Pretor la continuación de la posesión hasta la determinación del litigio. La fórmula del Pretor era: uti possidetis, ita possideatis (como poseéis, así poseereís). Aplicado al Derecho Internacional americano, significa que se reconocía a las nuevas naciones el estado posesorio de los territorios que tenían cuando eran colonias. Por acuerdo de los líderes del movimiento emancipador y políticos de estos países, se terminó por aceptar en forma general, que este estado posesorio colonial debía de referirse al momento en que se inicia la lucha por la independencia, esto es, el año de 1810, aunque en casos muy especiales se han referido "al término de la independencia" El principio del Uti Possidetis está subordinado al de la Libre Determinación por el cual se constituyeron las nacionalidades. Casos ha habido en los litigios de límites, en que un Estado ha reclamado absurdamente territorios cuyos habitantes expresaron libremente su voluntad de formar parte de otro Estado. Consentir esto hubiese significado contradecir la obra de los libertadores.

En la aplicación del Uti Possidetis se ha hecho una distinción entre lo que se denomina el Uti Possidetis jure y el Uti Possidetis facto. Según lo primero, los Estados tienen derecho al territorio que les pertenecía en 1810 según los títulos coloniales, es decir según la delimitación hecha por el Rey de España y vigente en 1810. Según lo segundo, los Estados tienen derecho al territorio que ocupaban sus habitantes y no al que señalaban sus títulos.

Frontera con Brazil

Reseña Historica

La primera frontera que logró delimitar el Perú fue con el Brasil. La demarcación y determinación de los límites del Perú con el Brasil, tuvieron sus inicios en las discusiones que sostuvieron España y Portugal de los territorios que ocupaban cuando descubrieron América. Estas discusiones fueron sometidas al arbitraje del Papa Alejandro VI, llegándose a firmar el Tratado de San Ildefonso en 1777. Posteriormente Brasil reclamó la caducidad del tratado, que según ellos tenía sólo carácter de preliminar. En el año de 1827 el Perú propuso al Brasil un arreglo de límites, pero fue en 1841 que se firmó un Tratado de Paz, Amistad, Navegación y Comercio. Los firmantes fueron el Ministro peruano don Manuel Ferreyros y el Ministro brasileño Duarte Da Ponte Ribeyro, documento que no fue ratificado, habiéndose suscrito diez años después, el 23 de Octubre de 1851, la CONVENCION FLUVIAL DE COMERCIO Y NAVEGACION que resultó ser también un parcial acuerdo de límites celebrado entre el Ministro de Relaciones Exteriores don Bartolomé Herrera por el Perú y Da Ponte Ribeyro por el Brasil siendo Presidente de la República el General don Rufino Echenique. En dicho documento se consideraron las siguientes cuestiones:

* El Comercio y en tránsito libre de las mercaderías de ambos países a través de los ríos especialmente el Amazonas.
* La prohibición del comercio de esclavos.
* La fijación de una línea de fronteras comprendiéndose como bases las riberas de los ríos Tabatinga, Yapurá, en su frecuencia con el Apaporis y el río Yavarí, desde su confluencia con el Amazonas.
* El nombramiento de una comisión Mixta con facultad de proponer cambios en los territorios en arreglo.

Estos acuerdos resultados de la gestión diplomática, fueron atacados duramente porque en ellos se reconocía al Brasil territorios comprendido entre las grandes extensiones de las riberas del río Caquetá y del Amazonas, así como los ribereños de los ríos Apaporis y Tabatinga lo que dio lugar a posteriores replanteamientos.

En cuanto a la libertad completa del Perú a la navegación a todo lo largo del Amazonas y del Brasil en los ríos peruanos, se logró en otra Convención Fluvial que se firmó el 22 de Octubre de 1858.

El auge de la industrialización del caucho, fue en realidad el gran incentivo que determinó a los caucheros brasileños a penetrar en la amazonía peruana, incursionaron en territorios del Alto Yurúa y el Alto Purús, lo que desencadenó manifestaciones violentas entre los caucheros de ambos países. A esta situación se sumó que desde 1898 se habían establecido puestos oficiales del gobierno peruano en esas zonas y frente a ellas, en los lugares más bajos de la selva, oficinas del gobierno del Brasil, que tenía el control de los derechos sobre la venta de la goma, lo que provocó frecuentes rozamientos de diversos grados de intensidad, hasta que en 1904, el Brasil, desconociendo tratados anteriores que permitían a ambos países la libre navegación y el comercio, en un acto de arbitrariedad, prohibió, el 6 de Mayo, el tránsito de armas destinadas al Perú, que llegaban por la vía del Amazonas. Nuestra Cancillería protestó y entre tanto se produjeron acciones bélicas como:

* La acción de armas de Amuheya, en el Alto Yurúa, cuando los brasileños atacaron a la guarnición peruana, pero fueron valerosamente rechazados por los soldados al mando del Sargento Primero Francisco Bartet.
* El ataque a la pequeña guarnición peruana del mismo lugar el 4 de Noviembre de 1904, defendida por el Capitán Manuel Ramírez Hurtado; ataque que, por agudizarse la lucha, obligó a intervenir a los representantes diplomáticos, que llegaron a los siguientes planteamientos:

a) El Protocolo Velarde-Río Branco

Llamado así por haberse firmado entre el Ministro Plenipotenciario del Perú en Río, don Hernán Velarde, y el Ministro de Relaciones Exteriores del Brasil, Barón José María da Silva Paranhos de Río Branco, y que dió paso a negociaciones que duraron cinco meses; sin embargo las conversaciones se extendieron hasta la firma del TRATADO DE LIMITES, COMERCIO Y NAVEGACION EN LA CUENCA DEL AMAZONAS, que se firmó el 8 de Setiembre de 1909. Por este documento se consideró:

1.- La ratificación del principio de amplia libertad de tránsito tanto por tierra como por la vía fluvial en los ríos dentro de la zona fronteriza.

2.- El establecimiento de una Comisión Mixta para la demarcación de los límites.

3.- La detención de la carrera expansionista del Brasil, que amenazaba con llegar hasta el Ucayali, tal como lo sostuvo el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú don Melitón Porras, cuando tuvo que enfrentarse a las polémicas que se suscitaron por haber reconocido el Perú las posesiones de facto del Brasil.

La determinación definitiva de los límites entre ambos países, estableció la demarcación al sur de Yavari y reconoció "el principio de la más alta libertad de tránsito terrestre y navegación fluvial para ambas naciones así como que "los buques peruanos destinados a la navegación en esos ríos comunicaran libremente con el Océano Atlántico por el Amazonas". Según dicho tratado, la frontera al sur de Yavari es la siguiente:

* A partir de la naciente del Yavari, el divortium aquarium o línea divisoria de las aguas entre el Ucayali y el Yurúa, hasta encontrar el paralelo de la boca (desembocadura) del río Breu en el Yurúa (9º24' 42'').
* El paralelo de la boca del río Breu y el Breu mismo hasta su cabecera principal (origen).
* La línea divisoria de las aguas entre el alto Yurúa, al oeste de las que van para el mismo río al norte, pasando la frontera entre las cabeceras de los ríos Piqueyacu y Tarahuac, hasta encontrar el paralelo de los 10º.
* Continua por el paralelo de los 10º hacía el este y por la división de las aguas entre el Río Embira (Brasileño) y el Río Curanja (Peruano), hasta encontrar la naciente, cabecera u origen del río Santa Rosa.
* El río Santa Rosa hasta su confluencia con el Purus.
* Remonta el río Purus hasta su confluencia con el río Shambuyacu.
* El río Shambuyacu hasta su origen, y el meridiano de su nacimiento hasta encontrar el paralelo de los 11º.
* Desde el paralelo de los 11º hasta encontrar el origen del río Acre, y por el álveo de este río hasta encontrar el arroyo Yaverija, en donde comienza la frontera con la Bolivia.

La frontera al sur del Yavari no fue tocada por desconocerse totalmente esas regiones. La frontera que estableció esta Convención al Norte de Tabatinga, ha quedado modificada por el tratado con Colombia en 1922.

Frontera con Bolivia

La segunda frontera que le tocó delimitar al Perú fue con Bolivia, también con este país se produjeron problemas limítrofes que tuvieron relación con el auge del caucho porque reclamaba la pertenencia en las inmediaciones de la cuenca del Purús. A raíz de estos acontecimientos se llevaron a cabo continuas negociaciones diplomáticas, se llegaron a realizar dos tratados; el primero se ocupó de la frontera del lago Titicaca (río Suches) al sur, y el segundo del mismo sitio del norte.

En 1902, entre el 23 de Setiembre y 30 de Diciembre se firmaron los Tratados relativos a la demarcación y otro al arbitraje para el arreglo final de la cuestión de límites. En dichos actos diplomáticos, el Canciller boliviano don Eleodoro Villazón y el Canciller peruano don Felipe Osma firmaron un documento que en lo referente a la demarcación consideraba lo siguiente:

* La división de la frontera de Perú y Bolivia en zona fluvial y en zona terrestre.
* La zona terrestre estaba comprendida entre el límite con Chile y el río Suches.
* La zona fluvial, tenía la comprensión del norte del río Suches, hasta el límite con el Brasil.

Este último punto fue materia de discusión, ya que Brasil disputaba a Bolivia, la rica zona cauchera, por lo tanto se acordó someterlo al arbitraje de la Argentina, que aceptó. El Perú expuso su alegato por intermedio del distinguido diplomático Dr. Víctor M. Maúrtua, y el 9 de Julio de 1909, la Argentina, en la persona de su Presidente, Dr. Figueroa, hizo pública la expedición del Laudo Arbitral, que no aceptó en su integridad la propuesta peruana en cuestión de demarcación, primando el criterio de equidad.

Como esta resolución no llenaba las aspiraciones expansionistas de Bolivia, fue rechazada; especialmente el pueblo expresó su disgusto mediante manifestaciones que iban contra el Perú y la Argentina, llegando el ambiente a hacerse tan tenso, que Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Argentina; además la guerra con el Perú parecía inminente, estando nosotros en difíciles circunstancias internacionales con Chile por la realización del plebiscito de Tacna y Arica.

Afortunadamente no se llegó al extremo de la guerra, reanudándose las conversaciones con la intención de lograr una modificación del laudo arbitral, haciéndose efectivo el 17 de Setiembre de 1909 con la firma del Tratado de Rectificación de Fronteras, en el que actuaron el Ministro Plenipotenciario peruano Dr. Solón Polo y el Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia Dr. Daniel Sánchez Bustamante. Por ese Tratado, que la historia conoce con el nombre de Tratado Polo-Bustamante, se fijaron las fronteras en la siguiente forma:

* La línea de demarcación de fronteras debía partir del lugar en que los límites coincidían con el río Suches.

* Cruzar la línea del lago del mismo nombre y dirigirse por los cerros Palomani-Tranca y Palomani-Kunka, pico de Palomani y cordillera de Yagua Yagua.

* Luego, tomar el rumbo por las cordilleras de Huajra, de Lurini y de Ichocorpa siguiendo la línea de división de aguas entre los 14 grados de latitud sur, para luego avanzar hasta encontrar en el mismo paralelo el río Mosoj-Huaico o Lanza.

* Continuar por el río Lanza hasta su confluencia con el Tambopata, llegando la frontera a encontrarse con la cabecera occidental del río Heath.
* Seguir el curso del río Heath aguas abajo, hasta encontrar el río Amarumayu o Madre de Dios.
* Desde la confluencia del río Heath con el Madre de Dios, se trazaba una línea geodésica, que partiendo de la boca del Heath, fuera al occidente de la barraca Illampu sobre el río Manuripe, quedando esta propiedad del lado de Bolivia, siguiendo la frontera hacia la confluencia del arroyo Yaverija con el río Acre.
* Quedaban de propiedad definitiva y perpetua para Bolivia, todas las tierras situadas al oriente de dichas líneas.
* Quedaban de propiedad definitiva y perpetua para el Perú, los territorios al occidente de las mismas.

En 1910, la situación con Bolivia volvió a tornarse violenta al producirse el combate de Guayabal, a orillas del río Manuripe en la frontera con Bolivia. Allí fue defendida heroicamente hasta la muerte por el Sargento Carlos Zela y el Teniente Alejandro Acevedo. Después de conocido el hecho en Lima, se produjeron manifestaciones, expresando el repudio al acto violatorio de fronteras, causando una crisis política en el Perú; pero al final fue resuelto el conflicto con la firma del Protocolo Leguía y Martínez-Fernandez Alonso, el 30 de Marzo de 1911, actuando como representantes de ambos países, el Ministro de Relaciones peruano don Germán Leguía y Martínez y el Ministro boliviano don Severo Fernández Alonso. Mediante este documento, se consideró:

* La resolución de dificultades que podrían derivarse de la realización del Tratado de Límites de 1909.
* El mutuo acuerdo, para someter las diferencias que se derivaron del incidente de Guayabal, al arbitraje del Tribunal Internacional de La Haya.

Del río Suches hacia el Sur, la frontera de acuerdo al Tratado de 1902 (y al Protocolo de 2 de Junio de 1925) es la siguiente:

* De la confluencia del arroyo Pachasili con el río Suches, continúa la frontera hasta la bahía de Coccahui, en el Lago Titicaca.
* Una línea irregular que atraviesa el Lago Titicaca y la Península de Copacabana hasta el Desaguadero. (Aquí hubo necesidad de un acuerdo rectificatorio que se firmó en La Paz el 15 de Enero de 1932).
* Continúa por una línea estipulada según la tradicional propiedad de las comunidades de uno y otro país, hasta la confluencia del río Maure con el Ancomarca, en donde principiaba la frontera de los territorios entonces ocupados por Chile. Entre la mencionada confluencia y el actual término de la frontera con Chile, no existe frontera establecida por tratados sino una de facto.

Frontera con Colombia

Después de los problemas surgidos con Colombia en el siglo pasado, volvieron a surgir discrepancias con este país cuando colaboró con el Ecuador para frustrar el arbitraje del Rey de España, en el litigio que manteníamos con el gobierno ecuatoriano. Para solucionar estos nuevos problemas fronterizos, se firmó un Tratado el 6 de Mayo de 1904 entre el Canciller peruano don José Pardo y el Plenipotenciario colombiano don Luis Tanco Argáez, por el que se comprometieron ambos países a someterse al arbitraje de España sobre fundamentos del derecho y equidad, de acuerdo a las conveniencias de las Altas Partes Contratantes; a pesar de estos acuerdos la Cancillería colombiana no las aprobó, aduciendo que su representante había procedido sin las debidas instrucciones de su gobierno. En respuestas el Perú con la finalidad de arreglar diferencias y buscar la armonía y la paz, logró que se firmaran los siguientes documentos:

* EL TRATADO ARBITRAJE GENERAL DE 12 DE SETIEMBRE DE 1905, Entre el representante peruano don Hernán Velarde y los colombianos don Chímaco Calderón y don Luis Tanco Argáez.
* EL TRATADO DE ARBITRAJE Y LIMITES, Sometiendo a la cuestión de apreciación de fronteras al arbitrio de su Santidad el Sumo Pontífice Romano.

* UN MODUS VIVENDI, que consideró al río Putumayo dividido en dos zonas: la peruana al sur, es decir en la margen derecha, entre los ríos Cobuya y Catuhé; y la colombiana a la margen izquierda, o sea al norte.

Sin embargo el Perú no aprobó esta Convención Arbitral General hasta que fue necesario plantear lo siguiente:

* MODUS VIVENDI, que se firmó el 6 de Julio de 1906 en Lima, mediante el cual ambos países acordaron: Retirar del Putumayo y sus afluentes las guarniciones, aduanas, autoridades civiles y militares que estaban destacadas en esos puestos de avanzada, mientras se resolviera el problema de los límites sometidos al arbitraje, puesto que ya había sido aprobado.

Las negociaciones de límites, siguieron sobre la base de los arreglos anteriores, pero inexplicablemente Colombia, desconociendo los acuerdos diplomáticos, envió dos expediciones hacia el lugar llamado LA PEDRERA a inmediaciones de la orilla derecha del río Caquetá, en donde estableció una Aduana fortificada en Puerto Córdova, violando el Modus Vivendi que se había firmado en 1909.

Esta actitud incomprensible de Colombia originó una situación tensa, originando:

a) El Combate de Caquetá

El Perú respondió a la actitud de demostración de fuerza de Colombia, movilizando al Batallón No 9 de Infantería acantonado en Chiclayo, que contaba con más de trescientos efectivos, bajo la dirección del Comandante Oscar R. Benavides. El batallón avanzó por la rutas de Cajamarca, Chachapoyas, Moyobamba, Balsapuerto, llegando a Iquitos, en donde se embarcaron en varias lanchas dirigiéndose al lugar del conflicto. Colombia al tener conocimientos de la movilización de tropas peruanas, organizó otra expedición al mando del General Neyra, pertrechada para la guerra. Esta situación de comienzos de un conflicto bélico, obligó a los Cónsules de ambos países que se hallaban en Manaos, a realizar gestiones para evitar la lucha y el derramamiento de sangre, solicitaron a sus respectivas Cancillerías que ordenaran la detención de ambas expediciones. Esto se cumplió en un primer momento y el 19 de Julio de 1911 se firmó en la ciudad de Bogotá, un Modus Vivendi, en cuyo acto intervinieron los plenipotenciarios Olaya Herrera-Tezanos Pinto, los que reconocieron:

* El puesto colombiano que se hallaba en la Pedrera en el río Caquetá.
* Colombia reconoció a su vez los establecimientos peruanos en el río Caquetá.
* Colombia reconoció a su vez los establecimientos peruanos en el río Putumayo.
* Colombia se comprometió a no atacar a las guarniciones peruanas en las riberas del Putumayo.

A pesar de estos esfuerzos para evitar el enfrentamiento y el derramamiento de sangre en Caquetá se llegó al combate, habiéndose desarrollado las acciones de la siguiente manera:

La expedición peruana al mando de Oscar R. Benavides llegó a la Pedrera el 10 de julio, procediendo como acto seguido a notificar a los Generales colombianos José Isaías Gamboa y Gabriel Valencia, al mando de las tropas cuyos efectivos pasaban de doscientos más hombres de poblaciones selvícolas de las tribus de los huitotos, para que desocuparan el puesto de Caquetá, dándoles toda clase de garantías y facilidades para su traslado. El pedido del general peruano no obtuvo respuesta, deseando evitar el enfrentamiento Benavides hizo un segundo requerimiento, recibiendo en cambio un intenso tiroteo de las líneas colombianas. Esta situación obligó a los peruanos a realizar una riesgosa maniobra de desembarco, avanzaron con la lancha cañonera "América" en medio del nutrido fuego del enemigo, a pesar de sufrir un gran número de bajas entre muertos y heridos en las que destacaron las hábiles y heroicas maniobras del Teniente Manuel Clavero y del Ingeniero de máquinas Juan M. Runcinam, logró desembarcar el Batallón peruano, esta acción de arrojo y valentía hizo que los colombianos huyeran hacia la zona boscosa, dejando a su paso armamentos y demás pertrechos de guerra. El conflicto terminó a las 5 de tarde, en el campo de batalla se izó el pabellón Peruano. En este combate, sufrimos la caída de los Tenientes César A. Pinglo y Alberto Berguerie, y se recuerdan al Mayor Manuel Ramírez Hurtado y el Comandante de la "América" Manuel Clavero, al lado de numerosos soldados del Batallón No 9 que tomó en recuerdo de esa hazaña el nombre de "Caquetá" y recibió la condecoración de la orden de Ayacucho.

El Perú siempre respetuoso de los convenios diplomáticos, procedió a desalojar las tropas peruanas de la Pedrera, porque con anterioridad había sido reconocida como posesión colombiana; además procedió con toda nobleza a devolver los trofeos de banderas y armas capturadas en la lucha, así como a los prisioneros de guerra.

Las negociaciones diplomáticas siguieron constantes, para del logro de una solución que mediante demarcación de fronteras llegará a concretar la armonía y el respeto de los derechos de ambos países. Producto del esfuerzo promovido por el Perú el 24 de marzo de 1922, se firmó un Tratado de Límites, entre le ministro de Colombia acreditado en Lima don Fabio Lozano Torrijos y el canciller del Perú don Alberto Salomón Osorio durante el gobierno de don Augusto B. Leguía. Este tratado basó las líneas de frontera en el río Putumayo y en la configuración de los límites se creó un trapecio dentro del cual estaba incluida la población de Leticia que pasó a Colombia. A cambio de ello recibimos la zona triangular de San Miguel Sucumbios.

La frontera impuesta por el gobierno de Leguía y sus seguidores, corría a la siguiente descripción:

* Desde un punto del álveo del río Putumayo, situado frente a la desembocadura del río Güepi; por el citado álveo, el río Putumayo aguas abajo, hasta el punto de confluencia del río Yaguas en el Putumayo; de allí una línea geodésica que en este extremo tiene un rumbo verdadero de 32º 34'14" O.S.W-, hasta el punto donde la geodésica intercepta el río Yaguas; sigue por la orilla derecha del río Yaguas, hasta donde la geodésica la corta y se separa francamente del curso del río; continúa en línea recta hacia la desembocadura del río Atacuari en el brazo del Tigre en el Amazonas; continua por el thalweg del "Brazo Tigre" y del río Amazonas; Amazonas, hasta el punto tripartito de las fronteras entre Perú - Colombia - Brasil, frente a la quebrada San Antonio en el citado río Amazonas.

NOTA .- Por Acta Nº 04 del 11 de noviembre de 1929 se acordó cambiar el álveo por el thalweg. El Jefe de la Comisión Peruana expresó...también propone, de acuerdo con la facultad que le concede el artículo 3º del Tratado, fijar como línea en el río Putumayo el álveo mismo de este río, en lugar del thalweg debiendo formar parte integrante de cada país las islas adyacentes a las respectivas márgenes .....El Jefe de la Comisión Colombiana declaró.....que aceptaba la propuesta de su colega, el Jefe de la Comisión Peruana, en lo que respecta a la sustitución de la línea del thalweg en el río Putumayo por la línea del álveo del mismo río.

El Tratado SALOMON-LOZANO, seccionó parte de nuestro territorio peruano, la ciudad peruana de Leticia pasaba al país vecino, se cambio la nacionalidad de muchas personas cerca de 17,000 peruanos cambiaron de nacionalidad sin haberles consultado. Entre los territorios cedidos se encontraban la zona baja del Putumayo y el Caquetá y sobre todo el TRAPECIO AMAZONICO, otorgando una salida al Amazonas a Colombia.

Este tratado tuvo detractores y se sucedieron constantes observaciones bastante graves por parte de ambos países; protesta de los internacionalistas peruanos que afirmaban que se había cedido a Colombia gran extensión entre los ríos Caquetá y Putumayo, así como la salida libre al Amazonas, motivando una fuerte oposición para la ratificación del tratado, logrando conseguirse sólo por la presión ejercida del Ejecutivo al Congreso, aprobándose en la sesión del 20 de diciembre de 1927.

La oposición parlamentaria de 1931 consiguió con mayoría de votos de ambas Cámaras, que el Tratado Salomón Lozano sea revisado, a esto se sumo que un numeroso grupo de peruanos residentes en Leticia, pidieron ser escuchados en sus demandas de revisión y anulación de dicho Tratado y poder ser reintegrados a la nacionalidad peruana. Al no poderse solucionar estos impases, se llegaron a producir hechos de protesta y levantamientos: Un grupo de habitantes en Leticia, que pedían su reintegración al Perú, en coordinación con los pobladores de Caballococha y de loretanos que estaban sirviendo en la guarnición de Chimbote, tomaron en forma pacífica el puerto fluvial de Leticia el 1 de Setiembre de 1932, colocando al Perú, al borde de la guerra. Esta situación obligó al gobierno peruano a realizar conversaciones con Colombia, pero sin éxito. Colombia movilizó sus tropas en las fronteras peruanas y de igual forma las tropas peruanas se concentraron en Tarapacá, en las riberas del Putumayo en Güepi, Pantoja, Puerto Arturo y otros lugares. Este posible conflicto obligó a la intervención de la Liga de las Naciones, se produjo el primer choque armado en el Puerto Meléndez en donde resultó muerto un Sargento colombiano que fue magnificado como héroe, creciendo la agitación contra el Perú y el deseo de vengar la muerte del caído. La situación se complicó por los avances y encuentros de la marina y de la aviación de ambos países, entre ellos el combate de Güepi el 26 de marzo de 1932 que duró ocho horas destacando el valor y heroísmo del Sargento peruano Fernando Lores, el Cabo Alberto Reyes y los Soldados Alfredo Vargas y Reynaldo Bartra. Al fin Güepi cayó en poder de Colombia. El conflicto fue llevado a la Liga de Naciones en Ginebra, en donde se llegó al arreglo definitivo en la Conferencia de Río de Janeiro entre 1933 y 1934 y firmándose un Protocolo el 24 de mayo de 1934, que restableció la paz en ambos países, de acuerdo a la aprobación y aceptación del gobierno del Perú y Colombia del arbitraje del Señor Sean Lester, Presidente de la Liga de Naciones, a nombre de dicha institución.

Frontera con Chile

El cuarto país con el cual definimos nuestra frontera fue Chile. Los primeros intentos de arreglos con este país fueron las conferencias que se llevaron a cabo con la intervención del gobierno norteamericano abordo del barco "Lackawanna" anclado en la bahía de Arica. Participaron en esta reunión los delegados de los países en guerra, por el Perú don Antonio Arenas y Aurelio García y García; por Bolivia don Juan C. Carrillo y don Mariano Bautista; por Chile don Elogio Alamparon, don José Francisco Vergara y don Eusebio Lillo; y el Ministro norteamericano acreditado en Lima Sr. Christiancy, así como el que estaba acreditado en Santiago, Sr. Osborn.

Las reuniones se llevaron a cabo los días 11, 25 y 27 de Octubre de 1880, en las cuales los países presentaron fórmulas de arreglo al conflicto :

a) Chile sostuvo:

* La entrega de la zona del litoral de Bolivia.
* La cesión de Tarapacá.
* El pago por el Perú y Bolivia de veinte millones de pesos por concepto de indemnización.
* La devolución del transporte "Rímac".
* La anulación del Tratado Secreto de Alianza con Bolivia.
* La ocupación de Moquegua, Tacna y Arica por las fuerzas chilenas hasta el cumplimiento total de sus demandas.
* El rechazo al arbitraje de los EE.UU. de Norte América.

b) El Perú sostuvo:

* La intangibilidad territorial.
* La negativa por imposibilidad de pagar la indemnización a Chile.
* La entrega del arbitraje a los EE.UU. de Norte América.

El Perú rechazó las desmesuradas pretensiones de Chile, fracasando estas primeras negociaciones lo que hizo que la guerra continuara, los chilenos habían destruido la Escuadra peruana y venciendo la línea de las defensa de tierras en San Juan, Chorrillos y Miraflores, ocuparon Lima. Posteriormente en varias oportunidades, durante el desarrollo de la guerra, se continuó tratando de conseguir la paz, hasta que se efectuó el Tratado de Ancón cuya redacción se hizo en el balneario del mismo nombre, siendo firmado en Lima el 20 de Octubre de 1883, entre don Jovino Novoa por Chile y don José Antonio de Lavalle y don Mariano Castro Saldivar por el Perú. Por este Tratado se acordó:

* La cesión a Chile en forma incondicional y perpetua de la Provincia de Tarapacá, comprendiendo la quebrada y el río Camarones por el norte; la quebrada y el río Loa por el sur; la república de Bolivia por el este, y el Océano Pacífico por el oeste.
* La entrega a Chile de Tacna y Arica por el término de 10 años, sobre las bases de los límites del río Sama hasta la quebrada de Camarones al Sur.
* La realización de un plebiscito al término de los diez años, para que Tacna y Arica decidieran su nacionalidad.
* El pago por el Perú de la suma de diez millones de soles por concepto de indemnización a Chile.

Después de este injusto Tratado, como refiriera el General Cáceres: "Fue una paz implorada de rodillas", el ejército de ocupación abandonó Lima, dejando algunos enfermos en los hospitales y quedando tropas en Miraflores, Barranco y Chorrillos, además de las que todavía permanecían en la sierra: Chosica, Tarma y Ayacucho; hasta que al final abandonaron el Perú en Agosto de 1884.

Al cumplirse los diez años del plazo para la realización del plebiscito, éste no se llevó a cabo y en 1894, siendo Presidente de la República el Coronel Remigio Morales Bermúdez, hizo grandes esfuerzos sin conseguirlo, ya que Chile alegaba que existía un Protocolo complementario del Tratado, que no había sido firmado, en el que se consideraba:

"Que Chile podía mantener su ejército en el lugar del Perú, que le conviniera comprometiéndonos nosotros a subvencionar todas las necesidades de dichas fuerzas de ocupación".

El Perú rechazó tan humillante condición; pese a las dificultades que hacía surgir Chile, para evitar el plebiscito. Durante el gobierno de don Nicolás de Piérola, se reiniciaron los tratos para hacer cumplir las cláusulas del Tratado de Ancón, pero estos fracasaron.

Durante el tiempo que Chile ocupó Tacna y Arica, intensificó su campaña de hostilidades contra el Perú, expulsando a los maestros, a los curas y a los que se les daba plazos de cuarenta y ocho horas por ser difusores del sentimiento de amor y fidelidad al Perú; de ellos dice el Dr. Basadre: " Acaso el más arrojado y elocuente fue el Vicario de Arica J. Vitaliano Berroa y con análogos merecimientos Monseñor Juan Gualberto Guevara, quien más tarde llegó a ser Arzobispo del Perú". Además separaron a todo peruano que consideraban influyente en la formación de la juventud; de igual manera procedieron a clausurar muchas escuelas peruanas hospitalizando de tal modo a la población que llegaron al extremo de prohibir las celebraciones de efemérides peruanas, así como despliegue de la bandera, que sólo era prohibida en el interior de los hogares, asimismo se había decretado la prohibición de entonar el Himno Nacional.

También hubo maltratos y despidos de trabajadores peruanos que laboraban en el Puerto de Arica y además clausura de todas las iglesias de Tacna y Arica. En los años de 1908 y 1909 se extremó esta campaña que se llamó de "chilenización". Sin embargo las poblaciones de Tacna y Arica realizaban verdaderos esfuerzos patrióticos por mantener la lealtad al Perú, estos se manifestaban a través de periódicos y libros, destacándose en esta labor periodistas como José María Barreto; poetas como Víctor Mantilla, José Corvacho y Federico Barreto, que alentaron al pueblo en el recuerdo permanente de la Patria; pero por sobre todas las cosas, fue notable la sostenida campaña del amor al Perú por las mujeres tacneñas que fomentaron en sus hijos los sentimientos de la profunda raíz peruana de su pueblo, contrarrestando durante muchos años la campaña de odio y el esfuerzo de chilenización al que fueron sometidos los niños y jóvenes de las poblaciones cautivas de Tacna y Arica.

El 8 de setiembre de 1908, el Perú inauguró la Cripta de los Héroes caídos en la guerra del Pacífico, en el cementerio "Presbítero Maestro" de Lima; en esa ceremonia se produjo el llamado "Incidente de la corona", porque el Ministro chileno don Miguel Echenique Gandarillas, ofreció a nombre de su gobierno una corona de bronce, para ser colocada en el santuario patriótico. El Canciller peruano don Melitón Porras, a nombre del Perú rechazó dicho presente, terminando el incidente con el retiro el embajador chileno con la consiguiente ruptura diplomática con el país del sur.

Chile, mientras tanto expidió leyes destinadas a hacer grandes inversiones en la zona de Arica tendientes a cambiar la opinión entre los pobladores a su favor.

En 1910, se produjo la protesta peruana por los abusos que se cometían en las provincias ocupadas y por la constante negativa de Chile para cumplir el Tratado y que a la vez se manifestó con el retiro de nuestro embajador en Santiago. Los acontecimientos del final de la primera guerra mundial influyó en el criterio del gobierno peruano, sobre todo con el espíritu que animó el Tratado de Versalles que puso término a la conflagración mundial, condenando entre otras cosas los acuerdos y tratados realizados por compulsión violenta del vencedor, así como la condena a las guerras de conquista, planteamientos aprobados por todos los países del mundo; sirviendo de base para que el Perú pronunciara el desconocimiento del Tratado de Ancón. A pesar de ello se volvió a retomar los arreglos, y el presidente Leguía sostuvo la necesidad de someter el problema al arbitraje de los EE.UU. de Norteamérica, cuyo Presidente, Señor Calvin Coolidge, emitió el fallo Arbitral de 4 de Marzo de 1925, considerando como "indispensable la realización del plebiscito que decidiera la suerte de Tacna y Arica". El Presidente Leguía y su Ministro de Relaciones Exteriores don Alberto Salomón Osorio, tuvieron que aceptar el laudo y preparar al país para el plebiscito. Con la participación de EE.UU. de Norteamérica quién nombró al general John J. Pershing para que estuviera al frente de la Comisión del plebiscito, la que se instaló en Arica en agosto de 1925. El general Pershing se dio cuenta de la coacción ejercida por Chile en Arica, con la clausura de los órganos de expresión y de todo medio de comunicación unido a ello a las evidentes pruebas de la persecución chilena, lo cual hizo cambiar la actitud de Pershing, quien junto con la comisión llegó a la conclusión de que era imposible efectuar el plebiscito en forma libre; de igual forma procedió su sucesor del General William Lassiter, quien también descubrió vicios en los padrones redactados para el plebiscito, en ellos se habían escandalosamente aumentado nombres de residentes en Tacna de residentes chilenos de Arica, direcciones falsas y otros documentos cuya identidad se ponía en duda. La Comisión se retiró el 21 de junio de 1925, lo mismo que la delegación peruana integrada por los Drs. Angel Gustavo Cornejo y Emilio Valverde. Posteriormente al reanudarse las conversaciones, el Perú nombró una nueva Comisión presidida por el diplomático peruano don Manuel Freyre de Santander y como Asesores don Alberto Salomón Osorio, don Anselmo Barreto y don Manuel María Forero. EE.UU. de Norteamérica que volvió a intervenir, con la participación de su Secretario de Estado Dr. Frank Kellogg, cuyas opiniones de dividir territorialmente Tacna y Arica o de conformarlas dentro de un Estado neutral, fueron rechazadas y los tacneños heroicamente siguieron defendiendo la integridad peruana de su suelo. El 3 de junio de 1929 se suscribió el Tratado entre el Canciller peruano Pedro José Rada y Gamio y el plenipotenciario chileno don Emiliano Figueroa Larraín.

Este Tratado consideró los siguientes aspectos:

* La línea divisoria que se constituye en la frontera entre Perú y Chile partirá de un punto de la costa, que se denominará "Concordia" distante diez kilómetros del puente del río Lluta, para seguir hacia el oriente, paralela a la vía de la sección chilena del ferrocarril de Arica a la Paz, con las inflexiones necesarias para utilizar la demarcación de los accidentes geográficos que permitan dejar en territorio chileno las azufreras del Tacora y sus dependencias.
* Pasando luego por el centro de la Laguna Blanca en forma que una de sus partes queden en el Perú y otra en Chile.
* Chile cede a perpetuidad todos sus derechos sobre los canales de Uchuzuma y del Mauri llamado también "Azucarero". · Se acuerda el nombramiento de una Comisión Mixta para fijar y señalar los hitos de las fronteras.
* Chile se compromete a construir a su costo un malecón para facilitar el atraque de barcos de gran calado en la bahía de Arica y que sea puesto al servicio del Perú.
* Chile se compromete a la construcción de una Agencia Aduanera y una Estación Terminal para el ferrocarril a Tacna.
* Los hijos de los peruanos nacidos en Arica conservarán la nacionalidad de sus padres hasta llegar a la mayoría de edad (21 años) en que podrán adoptar su nacionalidad definitiva; en igual forma se procederá con los hijos de los chilenos nacidos en Tacna.

El tratado del 3 de junio de 1929 significó para el Perú la pérdida de Arica, aunque le reconoce una serie de derechos específicos sobre ese territorio; la pérdida de una tercera parte de la provincia de Tarata, quedando además supeditada al puerto de Arica. El 28 de agosto de 1929 Chile devolvió Tacna al Perú. La reincorporación de Tacna al Perú, fue recibida con muestras de emocionado júbilo en todo el país. Este tratado a pesar de estas contingencias adversas, fue un instrumento de paz entre los dos países, posteriormente se reanudaron las relaciones diplomática y se restableció la amistad con el país del sur.

Frontera con Ecuador

Luego del desembarco del Libertador de América, general don José de San Martín en Paracas, el 8 de setiembre de 1820, Guayaquil proclamó su independencia el 9 de octubre del mismo año, y formó parte de la Gran Colombia. El 7 de Enero de 1821 Tumbes proclamó y juró su independencia en un Cabildo Abierto y el 4 de junio del mismo, hizo lo propio Jaén bajo el amparo de la protección de San Martín procediendo en 1822 a enviar diputados al Congreso Constituyente del Perú de 1822, pidiendo ser integrantes del territorio peruano. Maynas a su vez, se incorporó a la vida independiente como integrante del departamento de Trujillo, jurando la Constitución liberal del Perú de 1823.

Años después se trató de establecer los límites definitivos del Perú, con los países vecinos y esto se intensificó al hacerse presente la delegación neogranadina que presidió Don José Joaquín Mosquera, portador de las ideas bolivarianas de unir a los pueblos de América en una poderosa Confederación, éste se entrevistó con don Bernardo de Monteagudo quien por entonces era Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, a quien le manifestó: "Que se reconociera la provincia de Guayaquil como integrante de Colombia, de acuerdo al proyecto de la Confederación redactado por Don Pedro Gual Ministro de Relaciones de Colombia", en respuesta Monteagudo le manifestó la idea de San Martín de: "Dejar a Guayaquil la libertad de unirse a Colombia o al Perú". Estas conversaciones produjeron discrepancias resultando la firma del Tratado Monteagudo-Mosquera, que consideraba:

* La Unión, Liga y Confederación de los Estados de América, dejando expedito el camino para la aprobación por los Congresos de los Estados.
* El reconocimiento tácito al Perú de la posesión de Tumbes, Jaén y Maynas.

En estas conversaciones y acuerdos finales no se hablo de Guayaquil, posteriormente al reiniciarse las conversaciones sobre algunos aspectos pendientes, en un proyecto convenio se estableció que:

"Ambas partes reconocen los límites de sus territorios respectivos, los mismos que tenían el año 1809 los ex-Virreinatos del Perú y de Nueva Granada desde la desembocadura del río Tumbes al mar Pacífico, hasta el territorio del Brasil".

Este planteamiento originó la oposición del plenipotenciario peruano José María Galdeano, quien aprobó el principio del uti possidetis de 1809, pero en rechazó el trazo de límites de la desembocadura del Tumbes hasta el mar, porque iba en contra de los intereses del país. En 1828, se inició la guerra con la Gran Colombia, que al final del conflicto se firmó el Convenio de Girón, luego el tratado de Piura hasta conformar los planteamientos mediante el Tratado de Guayaquil.

El Convenio de Girón se firmó el 28 de Febrero de 1829 entre los representantes del Presidente La Mar, Generales Gamarra y Orbegoso; y de parte de Sucre los Generales Flores y O'Leary, que en materia limítrofe consideraba:

* La aceptación del principio del Uti possidetis de 1809, como base para la delimitación de las fronteras.
* La devolución de Guayaquil a las respectivas autoridades colombianas.
* La retirada del ejército peruano del sur de Macará.

En este convenio no se consideró la controversia sobre los territorios de Tumbes, Jaén y Maynas, contó el convenio con la aprobación de Sucre más no la del Presidente La Mar, que lo declaró nulo "por contener frases injuriosas contra el Perú", exigiendo las más amplias satisfacciones de Sucre. De igual manera se pronunciaron el Coronel Prieto, Jefe de las Fuerzas Armadas peruanas y el jefe de la Escuadra Hipólito Bouchard, ambos en "Junta de Guerra" acordaron oponerse a la entrega de Guayaquil, prosiguiendo en estado de guerra. En aquellas circunstancias, se produjeron cambios políticos en el país, con la sublevación que encabezó Gamarra y que depuso al Presidente La Mar; el nuevo jefe del gobierno peruano llegó a un entendimiento con los colombianos, firmándose el Convenio de Piura, posteriormente el Tratado de Paz y Amistad en Guayaquil en Setiembre de 1829, entre el plenipotenciario peruano Don José Larrea y el colombiano Don Pedro Gual, en el cual se establecía :

* Reconocimiento de ambas partes por límites de sus respectivos territorios los mismos que tenían antes de su independencia los antiguos Virreinatos de Nueva Granada y el Perú.
* La obligación de realizar recíprocas cesiones de pequeños territorios que contribuyan a fijar la línea divisoria de una manera natural y exacta, capaz de evitar competencias y disgustos entre autoridades y habitantes de las fronteras.
* El nombramiento y constitución por ambos gobiernos de una Comisión compuesta por dos individuos por cada República que recorriera, rectificara y fijara la línea divisoria.
* Sometiendo la decisión a un Gobierno amigo de ambos países, si surgieran discrepancias.

En el año de 1830 se desintegró la Gran Colombia, dando nacimiento a Ecuador, Colombia y Venezuela que ingresaron a la vida de países independientes. El Ecuador aprobó su Constitución en Riobamba el 10 de agosto de 1830, y el Perú luego de reconocerlo como nuevo Estado inicio cordiales relaciones diplomáticas. Al año siguiente, en 1831, llegó al Perú Don Diego Novoa, Encargado de Negocios del Ecuador y entabló conversaciones con nuestro Ministro de Relaciones Exteriores Don José María Pando, entre quienes se firmó dos Tratados, uno de Amistad y Alianza y otro de Comercio. En el primero se tomó la decisión de formar una cuádruple alianza incorporando a Chile y Bolivia para los casos de sufrir agresiones extrañas.

A pesar de los acuerdos llevados a cabo, a los Tratados realizados, continuaron durante varios años los problemas con el Ecuador, llegándose a redactar diversos tratados con el fin de lograr un entendimiento y paz entre los dos países; pero en 1857 el Ecuador considerándose con derechos a las tierras amazónicas, cedió en parte de pago a sus acreedores ingleses una cantidad considerable de tierras de Canelos entre el río Bobonaza. Esta actitud arbitraria, motivó la protesta de nuestro representante en Quito, Don Juan C. Cavero, amparando su protesta en el Uti possidetis de 1810. Ecuador por medio de su representante Don Antonio Mata, negó todos los derechos del Perú; ante estos hechos el presidente don Ramón Castilla, al ver amenazada la paz, procedió al bloqueo del puerto de Guayaquil y a su ocupación; este conflicto terminó con el Tratado de Paz de Mapasingue, el 25 de Enero de 1860, suscrito por Don Manuel Morales por el Perú y Don Nicolás Estrada por el Ecuador, en el cual se consideraba entre otros lo siguiente:

* La nulidad de la adjudicación de terrenos que el Ecuador hizo a sus acreedores británicos.
* Se convino en la rectificación de los límites territoriales, mediante una Comisión Mixta que debía ajustarse a los documentos presentados por ambas partes, estando vigente lo enunciado por el derecho de uti possidetis reconocido por el artículo V del tratado de 1829 entre la Gran Colombia y el Perú y que tenían los antiguos Virreinatos del Perú y Santa Fe, fundados en la Real Cédula de 1802.

Durante varios años, mientras se sucedían los cambios de gobierno en el Ecuador como en el Perú, el problema de límites seguía vigente, celebrándose reuniones diplomáticas que llegaron a contiendas bélicas, hasta que en 1879, estando en el gobierno del Ecuador el General Ignacio de Veintimilla, inició el movimiento de sus tropas, en clara ventaja de que el Perú atravesaba los desastres de la guerra con Chile; tomó posesión de los territorios que se hallaban en disputa, llegando a atacar Tumbes, y aprovechando su superioridad numérica y la situación en que se encontraba nuestro país, tomó posesiones en Jubones y en Zarumilla, entre los ríos Machala y Santa Rosa. De igual manera, en la zona montañosa llegaron al Alto Napo hasta la desembocadura del río Coca, ocupando varios pueblos vecinos. Esta actitud adquirió características de mayor indignidad, ya que el Perú en esos momentos sufría las consecuencias de la pérdida de la Escuadra y de gran parte del ejército que había sido aniquilado en el desastre sufrido tras la derrota frente a Chile. Al llegar el año de 1887, el Ecuador volvió a ceder a sus acreedores ingleses terrenos de nuestra pertenencia en el Alto Amazonas, lo que motivó la protesta del Perú por intermedio del Ministro de Relaciones Exteriores Don Cesáreo Chacaltana, terminando Ecuador por aceptar un arbitraje que solucionara el problema de los límites acudiéndose a la intervención del Rey de España, y que debía emitir un fallo definitivo e inapelable. España luego de aceptar el arbitraje, y recibir los alegatos que fueron presentados por los diplomáticos Don José Pardo Barreda, por el Perú, y Don Pablo Herrera, por el Ecuador. Pardo, se pronunció de la siguiente manera:

* El derecho del Perú a los territorios de Maynas, de acuerdo a la Real Cédula de 1802.
* El derecho al territorio de Tumbes como integrante del Corregimiento de Piura en la Intendencia de Trujillo.
* El derecho al territorio de Jaén por haberse anexado al Perú sobre las bases de la libre determinación.
* La aceptación de la anexión de Guayaquil al Ecuador, como compensación por Jaén.
* La determinación de los límites entre ambos países.

Este alegato, ha servido de base a posteriores revisiones del litigio con el Ecuador.

En 1901 surgió otro problema con posesiones en Aguarico, en esa fecha el Prefecto del departamento de Loreto, el Coronel Pedro Portillo, redactó un informe sobre la penetración ecuatoriana, así como las medidas que adoptó para impedirla como reforzar la comisaría Fluvial de las riberas de los ríos Napo y Aguarico, encomendando para ello a Don Manuel Carrillo, esto originó la protesta del Ecuador que acusó a Carrillo de posesionarse de la boca del río al frente de su escolta. El Perú respondió que en ningún momento había ocurrido violación de dominios; sin embargo se ordenó el retiro de las fuerzas peruanas hacia Iquitos, retiro que fue aprovechado por los ecuatorianos quienes siguieron penetrando en territorio peruano, apoderándose del Alto Napo y del río Aguarico, con el objetivo de acercarse al río Amazonas por la boca del río Curaray.

El Coronel Portillo, enterado del avance ecuatoriano envió al Capitán Juan Francisco Chávez Valdivia, oficial al mando de las tropas peruanas, quienes fueron atacados por las tropas ecuatorianas librándose el combate de Angoteros (26 de junio de 1903), en la cual hizo replegarse a las fuerzas ecuatorianas, logrando el desalojo del lugar. Estos acontecimientos dieron lugar a firmarse en Quito el Protocolo, entre el Ministro Plenipotenciario del Perú en Ecuador Don Miguel Velarde, por el que acordaron ambos países someter el conflicto al arbitraje de España, que aceptando, nombró como Comisario Regio al literato Don Ramón Menéndez Pidal quien luego de recibir los informes del personal técnico de geógrafos e historiadores, preparó la sentencia resolutoria que debía ser elevada a conocimiento del Rey de España; pero antes que esto sucediera se produjeron manifestaciones violentas en Quito y Guayaquil, con expresiones de hostilidad para el Perú, con palabras que llegaron a hechos. Lima se cubrió de indignación y se preparó un ejército de 20,000 hombres. Estos preparativos de guerra hizo intervenir a Argentina, Brasil y los EE.UU. de Norteamérica, proponiendo a los países litigantes lo siguiente:

* El retiro de las fuerzas de ambos países de las fronteras.
* El Perú replegó sus tropas a Tumbes.
* Ecuador las retiró hacía Machala.
* Se acordó la desmovilización de ambas fuerzas.
* Se acordó la presentación de un proyecto de Protocolo que obligaba a esperar el Laudo Arbitral.

El protocolo no fue aceptado por Ecuador, pese a la intervención de los países que se habían esforzado por impedir la guerra, esta actitud hizo que España al apreciar la reacción nada conciliadora del Ecuador, decidió dar por terminada su gestión arbitral sin pronunciar sentencia. Posteriormente se propuso llevar el litigio al Tribunal Internacional de la Haya, planteamiento que tampoco aceptó el Ecuador. Durante los años 1910 a 1924, siempre subsistieron las reclamaciones y las conversaciones para un arreglo directo que propiciaba el Ecuador, y el arbitraje que propugnaba el Perú, inclusive se adoptó la propuesta "mixta", con la intervención del gobierno de Washington; pero estas gestiones diplomáticas tampoco tuvieron éxito, produciéndose los incidentes bélicos de julio de 1941 (Zarumilla), en que las fuerzas peruanas al mando de general Eloy G. Ureta, rechazaron la agresión ecuatoriana y en admirable combinación de las tres armas, en breves días ocuparon la provincia ecuatoriana de El Oro.

Los países americanos intervinieron como mediadores en el conflicto, entre ellos, Brasil, Chile, Argentina y los EE.UU. de Norteamérica, quienes se reunieron en la ciudad de Río de Janeiro, el día 29 de enero de 1942, firmándose el PROTOCOLO DE PAZ, AMISTAD Y LIMITES entre el Perú y el Ecuador, sobre las bases del Tratado de Amistad, Paz y Límites. Por el Perú intervino el Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Alfredo Solf y Muro y por el Ecuador el Sr. Julio Tobar Donoso.

La frontera establecida en dicho tratado esta referida a los siguientes puntos:

a) En el Occidente

1.- Boca de Capones en el Océano Pacífico
2.- Río Zarumilla, aguas arriba y Quebrada Balsamal o Lajas
3.- Río Puyango o Tumbes, aguas abajo hasta la quebrada de Cazaderos
4.- Quebrada de Cazaderos, aguas arriba y por la divisoria de aguas entre ésta y el Río Chira, hasta la naciente de la Quebrada de Pilares
5.- Quebrada de Pilares, aguas abajo, hasta su desembocadura en el Río Alamor, siguiendo aguas abajo hasta su confluencia con el Río Chira
6.- Río Chira, aguas arriba
7.- Ríos Macará, Calvas, y Espindola, aguas arriba, hasta los orígenes de este último en el Nudo de Sabanillas
8.- Del nudo de Sabanillas hasta el río Canchis
9.- Río Canchis, en todo su curso, aguas abajo
10.- Río Chinchipe, aguas abajo, hasta el punto en que recibe el río San Francisco.

b) En el Oriente

1.- Desde la boca del Río San Francisco, en el Chinchipe, aguas arriba por este río hasta su naciente
2.- De la naciente del Río San Francisco sigue por la divisoria de aguas que hay entre el Río Zamora (ecuatoriano) y el Río Santiago (peruano), esto es, la Cordillera del Condor; hasta la boca del Río Yaupi, en e Santiago
3.- Una línea hasta la boca del Río Bobonaza en el Pastaza. De allí otra línea recta hasta la confluencia del río Cunambo con el Pintoyacu, para formar el Río Tigre
4.- Desde allí una línea recta hasta la boca del Río Cononaco en el Río Curaray, siguiendo aguas abajo hasta el lugar llamado Bellavista
5.- Una línea hasta la boca del Río Yasuni en el Río Napo. Por el Napo, aguas abajo, hasta la boca del Río Aguarico; 6.- Por éste, aguas arriba, hasta la confluencia del Río Lagartococha o Zancudo, con el Río Aguarico
7.- El Río Lagartococha o Zancudo, aguas arriba, hasta sus orígenes y de ahí una recta que vaya a encontrar el Río Güepí, y por éste hasta su desembocadura en el Río Putumayo, y por el Putumayo arriba, hasta los límites del Ecuador y Colombia.

Firmado este Protocolo, el Perú no perdió ni ganó nada, solo reafirmó sus derechos con un espíritu de justicia, de acuerdo a los principios existentes, han quedado definitivamente fijadas nuestras fronteras y determinado el patrimonio territorial del Perú.

Mar Litoral

El territorio nacional no solo comprende nuestra geografía que se encuentra delimitada por las fronteras, hacia el oeste el Perú también comprende lo que se denomina EL MAR TERRITORIAL, en una extensión de (200) millas desde sus costas. En el concepto de mar territorial se consideran dos importantes aspectos:




a) El Zocalo Continental o Plataforma Submarina

Viene a constituir la prolongación en el mar del territorio del estado ribereño.

b) El Mar Adyacente a sus Costas

Este derecho se extiende también sobre las riquezas que se encuentran tanto en el zócalo continental (petróleo principalmente) como en el mar adyacente (riqueza ictiológica o fauna marina) y por tanto de ejercer su soberanía. Al amparo de esta doctrina, el 1 de agosto de 1947, el Presidente del Perú Dr. José Luis Bustamante y Rivero y su ministro de Relaciones Exteriores Dr. Enrique García Sayán, expidieron el Decreto Supremo No. 781 que estableció la soberanía del Perú sobre la plataforma submarina o zócalo continental y sobre el mar adyacente a una distancia de 200 millas marinas de nuestras costas. Este histórico decreto supremo dice en su parte resolutiva lo siguiente:

1.- Declara que la soberanía y jurisdicción nacionales se extienden a la plataforma submarina o zócalo continental e insular adyacente a las costas continentales e insulares del territorio nacional, cualesquiera que sea la profundidad y la extensión que abarque dicho zócalo.

2.- La soberanía y la jurisdicción nacionales se ejercen también sobre el mar adyacente a las costas del territorio nacional, cualesquiera que sea su profundidad y en la extensión necesaria para reservar proteger, conservar y utilizar los recursos y riquezas naturales de toda clase que en o debajo de dicho mar se encuentren.

3.- Como consecuencia de las declaraciones anteriores, el Estado se reserva el derecho de establecer la demarcación de las zonas de control y protección de las riquezas nacionales en los mares continentales e insulares que quedan bajo, el control del gobierno del Perú y de modificar dicha demarcación de acuerdo con las circunstancias sobrevivientes por razón de los nuevos descubrimientos, estudios e intereses nacionales que fueron advertidos en el futuro; y, desde luego, declara que ejercer control y protección sobre el mar adyacente a las costas del territorio peruano en una zona comprendida entre esas costas y una línea imaginaria paralela a ellas y trazada sobre el mar a una distancia de doscientas (200) millas marinas desde cada uno de los puntos de contorno a ellas.

4.- La presente declaración no afecta el derecho de libre navegación de naves de todas las naciones, conforme al derecho internacional.

La soberanía declarada por el Perú sobre su mar territorial, fue reafirmada por la Declaración de Santiago, firmada en la capital chilena, el 18 de agosto de 1952, por la cual los gobiernos de Perú, Chile y Ecuador proclaman como norma política internacional marítima, la soberanía y jurisdicción exclusiva sobre el suelo y sub-suelo que a ella corresponde. Desde entonces son muchos los países latinoamericanos que han proclamado la tesis de las doscientas millas, tesis que se va extendiendo cada vez más en el mundo no obstante la oposición de las grandes potencias.

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